La producción pecuaria en Chile es una importante actividad productiva y social. En todos los rubros, existen miles de productores pecuarios y una centena de industrias transformadoras de animales y subproductos a largo del país, orientadas al mercado interno y externo. En total, la actividad pecuaria contribuye con el 25% del valor de la producción silvo-agropecuaria nacional y con un 19% de las exportaciones de alimentos.
La población animal en Chile es pequeña comparada con otras países de la región. Aunque la actividad pecuaria más dinámica esta dada por sistemas productivos integrados, grandes y medianos para todas las especies y cadenas, una gran proporción de los animales y de los sistemas productivos pertenecen a la agricultura familiar, tanto de carácter comercial como de traspatio.
De acuerdo al último censo (2007), los bovinos son cerca de 4 millones de cabezas (50% de PPF), los ovinos con 3,5 millones (40% de PPF). La mayor proporción está dada por los caprinos, con 700 mil cabezas (90% de PPF) y las colmenas (90% de PPF). Por otra parte, cerca del 95% de las unidades productivas silvo-agropecuarias pertenecen a este estrato, aporta al 22% de la producción, el 63% del empleo y posee el 44% de la tierra.
Los PPF participan activamente en algunos circuitos exportadores, sin embargo mayoritariamente están para el consumo nacional e incluso el autoconsumo. La mayoría de los apicultores participan en mercados de exportación, en menor medida los productores de leche y carne de bovino y ovino. No existen productores de cerdos, aves ni caprinos de la PPF para exportación, ni para mercados formales importantes en Chile.
El mercado de exportación y los mercados nacionales mayoritarios (supermercado, tiendas especializadas, carnicerías y restaurantes) han incentivado la producción de alimentos de origen animal de alta calidad, especialmente los niveles de inocuidad. Complementariamente, para acceder y mantenerse en los mercados se exige también sanidad en los animales y rebaños.
Inocuidad y sanidad han sido atributos que le ha permitido a Chile exportar y es y serán determinantes del desarrollo pecuario nacional. Hasta ahora ha sido posible debido a que posee un patrimonio sanitario de excelencia en las principales enfermedades de importancia económica y comercial. De igual manera, el país ha establecido nuevos sistemas de aseguramiento de calidad y controles oficiales que ofrecen altos niveles de inocuidad. En Chile, por lo tanto, la exigencia oficial en inocuidad y sanidad es alta y mayor aun en los productores que aspiren a exportar o acceder a sellos y certificaciones especiales (Orgánicos, Kosher, Fair trade, Carne natural).
La aplicación de buenas prácticas de inocuidad y sanidad enla PPF es variable de acuerdo a la especie, sin embargo en general es regular y vulnerable. En cuanto a la inocuidad es baja en higiene personal, agua potable, manejo de alimentos y de medicamentos, uso de registros y control de residuos. En cuanto a la sanidad, en general la bio-seguridad también es baja en aplicación de cuarentenas, restricciones de ingreso de vehículos y personas, deslinde o cerco vecinos, denuncia enfermedades, muestro de enfermedades, vacunaciones, desparasitaciones, tenencia de veterinario, registro movimientos y bienestar animal.
La inocuidad y la sanidad en los PPF son fundamentales para la sobrevivencia, pero también por las externalidades negativas potenciales que ellos generan. En cuanto a la inocuidad, se genera un riesgo para los consumidores directos de sus productos sin procesamiento e inspección adecuados. En cuanto a la sanidad, se genera un riesgo para otros productores por la cercanía a la frontera, el manejo de la transumancia, la cercanía a productores comerciales y la relación con fauna silvestre, entre otros.
Los no cumplimientos de esas buenas prácticas en los PPF estarían dados por baja difusión, desconocimiento, incomprensión, no priorizados e inexistencia de recursos.
Existen programas de Gobierno que incentivan el diagnóstico, inversión (crédito y subsidio) y capacitación para alcanzar este estándar o habilitar sanitariamente para dar cumplimiento a las exigencias de un mercado mas exigente, especialmente en los puntos críticos, de cada rubro y segmento. Por otra parte, se ha iniciado el incentivo de las alianzas productivas con programas de apoyo a los proveedores para que alcances dichos estándares, tanto de agroindustria (mataderos, plantas lecheras, salas de cosecha de miel) y tiendas de detalle (supermercados). Finalmente está el apoyo financiero a la certificación de calidad y la adaptación de la norma parala PPF.
Los desafíos futuros son múltiples, tales como: investigación en PPF, establecer brechas valorizadas y priorizadas, acercar oferta a demanda, entrenamientos a asesoría de alta calidad y difusión de buenas prácticas. Finamente se recomienda el establecimiento de redes de cooperación entre los países, instituciones y personas sobre el tema.
Autor: Hernán Rojas Olavarría